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Respuesta de medicusmundi a la Covid19

La pandemia del COVID19 que está afectando al planeta en 2020, nos está enseñando lecciones en cuanto a la salud mundial que pueden cambiar el contexto global de la salud. Por una parte, ningún sistema sanitario ha sido por sí solo suficiente para detener la pandemia. Por otro lado, destacar la ausencia de una gobernanza mundial en salud fuerte, que permita poder liderar una respuesta conjunta.

La pandemia del COVID19 que está afectando al planeta en 2020, nos está enseñando varias lecciones en cuanto a la salud mundial que puede cambiar el contexto global de la salud. 

Por una parte, hay que reconocer que ningún sistema sanitario, ni siquiera el más desarrollado, ha sido por si solo suficiente para detener la pandemia. Ha existido y existe una clara falta de preparación para afrontar emergencias sanitarias globales. Los recortes que ha habido en salud, debido a medidas de ajuste presupuestario con una base económica, unido a la falta de un compromiso real de los gobiernos para invertir en la salud para que sea un derecho equitativo, han ayudado a que esta pandemia tenga una incidencia y gravedad mayor en los grupos más vulnerables (gente mayor, más pobre, mujeres afectadas por la violencia de género, …). Sin olvidarnos de los efectos que está teniendo en multitud de personas afectadas por otras enfermedades en el mundo que han visto limitado su acceso al sistema sanitario debido al COVID19, tanto por miedo al contagio, como por la lógica desviación de recursos a luchar contra esta pandemia. 

De otro lado, hay que destacar la ausencia de una gobernanza mundial en salud fuerte, que permita poder liderar una respuesta conjunta ante problemas globales como esta pandemia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) debería jugar ese papel.  Su debilidad, motivada por diferentes factores, dificultan la toma de decisiones lo que redunda en su operatividad. Como dicen J. Kolsdorf y U.Müller en su libro Transforming International Cooperation. Thoughts and Perspectives on Moving Beyond Aid, “Los cambios de poder global y el auge del populismo han hecho al mundo multipolar, pero no necesariamente más multilateral”. Muchos actores lucrativos y no lucrativos, países emergentes, ..., se están incorporando a la gobernanza de la salud global, cuestionando el statu quo actual e incorporando el componente multiactor a una institución multilateral en la que los estados eran los únicos responsables de las decisiones. Este nuevo escenario multiactor dificulta no solo la toma de decisiones, sino también la obligada transparencia y rendición de cuentas. Como sociedad civil debemos estar vigilantes a estos y otros temas, como que la gobernanza mundial de la salud se quiera limitar a aspectos de seguridad sanitaria, olvidando el resto de los problemas globales que afectan a la población, como puedan ser el sistema económico mundial, la degradación del medio ambiente, la inequidad de género o la falta de protección social de la población más vulnerable en todos los países.

Algunos informes afirman que esta pandemia puede matar a 40 millones de personas y llevar a la pobreza a 500 millones. Este problema es más relevante en los países más empobrecidos, que necesitan de un apoyo mucho más fuerte de lo que se estaba haciendo hasta ahora, y donde la cooperación internacional debe tener un papel muy relevante. Naciones Unidas ha solicitado 500.000 millones de dólares de ayuda para apoyar a los países de renta baja y media para que puedan hacer frente a la COVID19. Esta ayuda se dirigiría exclusivamente a luchar contra el efecto específico de la pandemia, con lo que corremos el riesgo de volver a gestionar los riesgos de salud de forma vertical uno a uno, depilando la respuesta global de salud.

Y, por último, pero no menos importante, esta pandemia también ha visibilizado la importancia de la salud en el desarrollo social y económico de los países y las personas. La salud no lo es todo, pero afecta a todo. Estábamos más acostumbrados a hablar de los determinantes sociales y comerciales de la salud, pero no tanto de la salud como un determinante del resto de sectores. Es necesario un abordaje integral de la salud, donde la sanidad sea uno de los elementos relevantes, pero no el único.

Si actuamos ahora, es posible que podamos evitar que se cumplan los peores escenarios, ya que nadie está a salvo hasta que todo el mundo lo esté.

Qué pedimos, en el ámbito de la salud, desde medicusmundi.

  1. La salud como un derecho. Es necesario reafirmar el derecho a la salud para todas las personas, lo que implica que todos y todas deben tener acceso a los servicios de salud que necesiten, cuando y donde los necesiten, sin tener que hacer frente a dificultades financieras. Nadie debería enfermar o morir solo porque sea pobre o porque no pueda acceder a los servicios de salud que necesita. La salud debe estar por encima de otros intereses, políticos o económicos.

  2. Equidad en salud mundial: La máxima de los Objetivos del Desarrollo Sostenible “no dejar a nadie atrás” cobra ahora, si cabe, mayor relevancia ya que en el ámbito de la salud implica que todas las personas deben poder desarrollar su máximo potencial de salud independientemente de su posición social u otras circunstancias determinadas por factores sociales; Además, la equidad en salud implica que todas y todos debemos de tener acceso a todas las herramientas terapéuticas, preventivas o diagnosticas. 

  3. Salud en todas las políticas: Este enfoque garantiza que las decisiones públicas que se tomen busquen siempre mejorar las condiciones de salud y el acceso a los servicios sanitarios. No podemos olvidar que la pandemia es solamente una pequeña parte de los problemas de salud en el mundo, y es necesario un enfoque multidisciplinar para solucionar tanto la pandemia como el resto de los problemas de salud.

4. Reforzar los sistemas públicos de salud y la Atención Primaria como ejes prioritarios del sistema sanitario: Está demostrado que los servicios públicos gratuitos y de calidad contribuyen a reducir la pobreza y las desigualdades. Los sistemas públicos de salud son los únicos que garantizan una rendición de cuentas pública, y es necesario invertir en personal, gestión, infraestructuras y equipos adecuados a las necesidades del entorno, con la APS como base del desarrollo del sistema de salud 

5. Gobernanza mundial en salud: La OMS es la institución que debe liderar la gobernanza mundial de la salud, pero para ello debe de incrementar sus capacidades. Los países deben de actualizar sus contribuciones obligatorias hasta alcanzar el total del presupuesto de la OMS, y permitir que la institución tenga independencia para seleccionar las prioridades en salud mundial.

6. La participación de las personas como parte activa de la respuesta: Si bien es normal que en una emergencia se tomen decisiones rápidas, la respuesta a esta pandemia y a otros problemas de salud debe de incorporar la participación real de la población en todas las decisiones.

7. Más ayuda al desarrollo en salud. La ayuda funciona. Gracias a la ayuda, se han logrado grandes avances en salud, aunque insuficientes. La pandemia del coronavirus ha puesto en evidencia las limitaciones de los sistemas sanitarios en todo el mundo, más en los países empobrecidos. Es urgente que los países desarrollados redoblen los esfuerzos en materia de cooperación en salud, apuesten por la cobertura sanitaria universal, el fortalecimiento de los sistemas públicos de salud y dejen de apoyar su privatización ya que es una forma de incrementar las desigualdades. 

En respuesta a la COVID 19, con el fin de evitar la propagación del virus, medicusmundi se compromete a trabajar en dos ámbitos complementarios, el de la cooperación internacional en salud y el de la salud global.

  • Cooperación internacional en salud:

  1. Incidir para que los países incrementen de manera urgente y masiva los fondos de la ayuda internacional destinados a salud a fin de ayudar a los países empobrecidos a hacer frente a la crisis. 

  2. Apoyar a las organizaciones socias locales en el diseño de la respuesta local y comunitaria contra la COVID, en el acceso a la información pertinente y en la búsqueda de financiación.  

  3. Facilitar la capacitación de agentes locales en la lucha contra la pandemia, 

  4. Tener presente la Cobertura de Salud Universal como imprescindible en la seguridad sanitaria mundial

  5. Potenciar a la APS y el fortalecimiento de los sistemas públicos de salud en todo el mundo en la lucha contra el coronavirus 

  6. Desarrollar mecanismos de participación de la sociedad civil, especialmente de los más vulnerables (y más afectados por la pandemia y por las iniciativas contra ella). Trabajamos CON las personas, y no solo PARA las personas.  En este campo incluiremos formación, información, participación y apropiación

  7. Prestar asesoramiento y asistencia técnica a las instituciones de salud pública que lo demanden, en los niveles locales y centrales. 

  8. Incluir en la estrategia de lucha contra la Covid, los determinantes sociales de salud, especialmente medio ambiente, pobreza y género. 

  9. Abordar el problema de la escasez de personal sanitario incluyendo en las intervenciones la formación y capacitación de personal sanitario.

Salud global:

1.- Participar activamente en redes y plataformas de la sociedad civil que promueven estrategias y/o políticas de salud global - medicusmundi internacional, G2H2, People’s Health Movement, Futuro en Común, etc - La importancia de la participación de la sociedad civil en la definición y diseño de las políticas de salud debe aumentar, especialmente en los espacios de decisión globales y nacionales.

2.- Apoyar el multilateralismo y el papel de la OMS, una OMS transparente, fuerte, y que rinda cuentas en la gobernanza de la salud mundial. Lo necesitamos porque garantizaría una responsabilidad pública basada en los derechos humanos, que no es tan seguro con los mecanismos privados, que entrarían dentro de una respuesta multiactores. Las OSC podemos desempeñar diferentes roles: como parte activa en la evaluación y rendición de cuentas de esta responsabilidad pública (la salud como un derecho) y como representantes y facilitadoras en el ámbito global de las voces de las poblaciones más desfavorecidas.

3.- Defender no sólo el “qué” sino también el “cómo”: Se han puesto encima de la mesa asuntos como salud como bien público global o como bien común, fortalecimiento de sistemas de salud, equidad, ..., y hay documentos aprobados por la OMS como la respuesta de la UE, o la respuesta de la cooperación española que pueden servirnos de referencia teórica. Pero todo se ha ceñido solo a la respuesta al Covid 19, no a toda la salud mundial. Se habla mucho de objetivos, pero no de cómo conseguir las cosas, y hay que apostar por respuestas integrales, y no la vuelta a proyectos verticales.  

4.- Abordar los determinantes sociales y comerciales de la salud. Hacer de la mejor salud posible un derecho por encima de intereses comerciales o políticos (incluyendo protección social, medio ambiente y género), realmente provocaría un cambio en las bases de la sociedad tal y como la entendemos.  Los ODS podrían servir de base a ese enfoque multisectorial.

5.-El resto de los problemas en salud no se dejen atrás, siempre con un sentido de equidad mundial. En salud, por ejemplo, en este momento la búsqueda de una vacuna para COVID19 y su fabricación puede afectar el resto de la vacunación en el mundo, y su distribución debería ser equitativa. Fortalecer unos sistemas públicos participativos, bien gestionados, transparentes y resilientes, que tengan una financiación adecuada, con adecuados servicios de salud pública, que incluyan la e-salud (con virtudes y defectos), son temas globales y locales. 

6.- La información y cómo afecta a la salud: fake news, infodemia, la gobernanza de la información, son elementos cada vez más importantes que medicusmundi debe de afrontar