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confinamiento aquí y en otros países del sur

Estos tiempos de impasse de trabajo presencial, nos hemos centrado en otras labores. Hemos contactado hemos contactado con empresas colaboradoras, e instituciones, locales y autonómicas. Hemos confrontado ideas con otras organizaciones también en confinamientos. Hemos hablado con nuestros socios y colaboradores, interesándonos por sus situaciones.

También se ha ido adelantando la reorientación de nuestro proyecto de sensibilización sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en colegios hacia modalidades telemáticas, creando recursos y programas virtuales y flexibles, ante los cierres de los mismos de la actividad presencial. Modalidad aún por definir y que ameritará una evaluación de resultados teniendo en cuenta el desigual acceso y desenvoltura de docentes y familias respecto a la educación no presencial. En todo caso consideramos que la sensibilización sobre la suma de esfuerzos desde lo local a lo global para la consecución de los ODS es más vital que nunca en el panorama mundial.

Sin embargo, nos preocupa la situación de esta pandemia en los lugares del Sur, donde la información es muy poca y sus sistemas sanitarios carecen de la robustez necesaria para afrontar una situación pandémica de una envergadura con las características del COVID-19.

Las escasas noticias que nos llegan de nuestras copartes en los países en los que trabajamos son poco alentadoras, y además preocupantes. Hoy os hablamos de la República del Congo.

En el barrio de Tahití, en Dolisie, la tercera ciudad más poblada de República del Congo (Brazzaville), donde apoyamos un proyecto de Atención Primaria de Salud, el dispensario ha tenido que cerrar sus puertas siguiendo las recomendaciones de los responsables de salud ante la imposibilidad de adquirir material de protección y test para la detección temprana del COVID-19, así como la falta de medios de transporte y de autorización para desplazamientos en el contexto de las medidas de confinamiento adoptadas impiden asegurar la presencia del personal sanitario del centro. 

Los 207 casos confirmados y las 8 muertes por COVID-19 en República del Congo nos puede dar una falsa imagen de la gravedad de la pandemia en esta región, pero el mensaje del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesu, a finales del pasado mes para el continente era claro: “África debe prepararse para lo peor”, insistiendo en que la prevención y la acción rápida y contundente pueden ser claves para prevenir que de casos importados, en su mayoría de Europa, se pase a contagio comunitario.

Ante esa situación, aunque la juventud de la población podría jugar a favor, los elevados casos de VIH y de desnutrición y la fragilidad del sistema sanitario serían la otra cara de la moneda. Ante esta amenaza la población de este barrio, con un perfil de nuevo asentamiento, está retornando a sus aldeas de origen para pasar el confinamiento.