Saltar a contenido

ELLOS SON EL CORAZÓN DE LA SALUD

POR QUÉ HAY QUE CUIDAR AL PERSONAL SANITARIO Y MANTENERLO FUERTE. NO ES LO QUE OCURRE HOY: EL 40% NO CONFÍA EN MANTENER SU TRABAJO EN SEIS MESES… EN EL DÍA MUNDIAL DE LA SALUD: 24 HORAS PARA RECORDAR QUE ES UN PERSONAL “UNICO”

Hoy es el Día Mundial de la salud, un día en el que vamos a tener presente, aunque sea tan brevemente como 24 horas, un problema sanitario que nos afecta globalmente a todos los seres humanos. Durante estos días se presentan de forma somera la magnitud del problema de salud que se pretende visibilizar, junto con algunas iniciativas que, tanto individual como colectivamente, nos permitan afrontar de una manera más eficaz la lucha contra esos problemas de salud. En 2015, el tema a tratar es la inocuidad de los alimentos, o más bien la contaminación de los mismos, vinculada a unas muertes estimadas en 2 millones de personas al año. Sin embargo, en un día como hoy quisiera poner el foco en un elemento que es imprescindible para afrontar cualquier reto sanitario: el personal de salud. Muchas veces se contempla al personal de salud como un elemento más de los sistemas sanitarios, analizando sus problemas y gestión conjuntamente a otros elementos del sistema, como el material sanitario o las infraestructuras de salud. Pero el personal tiene una cualidad que le hace único en relación con los demás elementos del sistema sanitario, y que supera la capacidad de control de gestores y planificadores: puede pensar por sí mismo, y puede tomar decisiones, que no tienen que estar siempre orientadas a lo que gestores o planificadores prevean. ¿Por qué es tan clave en estos momentos el personal sanitario? A pesar de los grandes avances que hemos conseguido en la salud mundial durante los últimos años, existe una amenaza permanente que puede hacer que cualquier iniciativa sanitaria fracase: no tenemos suficiente personal sanitario en el mundo para cubrir nuestras necesidades en salud. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2014 hacían falta 10,3 millones de profesionales sanitarios en el mundo para garantizar una asistencia médica de calidad a todas aquellas personas que la necesitaban. Y cada año esta cifra aumenta. La carencia de personal sanitario es mucho más importante en los países con mayores problemas de salud, especialmente en África subsahariana, pero afecta también a los países más desarrollados. Existe una falta global de planificación de recursos humanos sanitarios, lo que provoca que para cubrir sus necesidades, los países más ricos utilicen la alternativa más barata y rápida: atraer al personal de los países en desarrollo, sin importarles demasiado los efectos que a corto, medio o largo plazo, pueda provocar la falta de personal cualificado en los países empobrecidos. Pongamos por ejemplo la última epidemia de ébola que está aún sufriendo África Occidental, con más de 10.000 muertos hasta el momento. Esta epidemia afecta enormemente al personal sanitario, ya que están en constante riesgo de contraer la enfermedad, y los que no la contraen tienen una carga de trabajo enorme, que muchas veces tienen que afrontar con muy escasos medios. Liberia, Guinea y Sierra Leona son los 3 países más afectados por esta epidemia, y no es casualidad que también estén dentro de la lista de los 15 países con menos personal sanitario por habitante -en los puestos 6, 10 y 14 respectivamente. Una solución que se esté proponiendo es la de enviar personal sanitario desde nuestros países desarrollados, pero resulta paradójico, ya que Liberia y Sierra Leona son dos de los 5 países africanos que pierden más del 50% de su personal médico porque migran a los países industrializados de la OCDE. Así, no es de extrañar que el panorama sea desolador para la población: tiene poco personal, una parte muere, otra parte migra, y el que queda es insuficiente para cubrir sus necesidades sanitarias generales, que son muchas y muy diferentes al ébola. Posiblemente nunca lo sabremos con exactitud las cifras, pero es seguro que el número de muertes en estos países debido a la falta de atención sanitaria hacia sus enfermedades más frecuentes (malaria, infecciones respiratorias, diarreas en la infancia...) es mucho mayor que la debida propiamente a la epidemia del ébola.

¿Por qué es tan clave en estos momentos el personal sanitario? A pesar de los grandes avances que hemos conseguido en la salud mundial durante los últimos años, existe una amenaza permanente que puede hacer que cualquier iniciativa sanitaria fracase: no tenemos suficiente personal sanitario en el mundo para cubrir nuestras necesidades en salud. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2014 hacían falta 10,3 millones de profesionales sanitarios en el mundo para garantizar una asistencia médica de calidad a todas aquellas personas que la necesitaban. Y cada año esta cifra aumenta. La carencia de personal sanitario es mucho más importante en los países con mayores problemas de salud, especialmente en África subsahariana, pero afecta también a los países más desarrollados. Existe una falta global de planificación de recursos humanos sanitarios, lo que provoca que para cubrir sus necesidades, los países más ricos utilicen la alternativa más barata y rápida: atraer al personal de los países en desarrollo, sin importarles demasiado los efectos que a corto, medio o largo plazo, pueda provocar la falta de personal cualificado en los países empobrecidos. Pongamos por ejemplo la última epidemia de ébola que está aún sufriendo África Occidental, con más de 10.000 muertos hasta el momento. Esta epidemia afecta enormemente al personal sanitario, ya que están en constante riesgo de contraer la enfermedad, y los que no la contraen tienen una carga de trabajo enorme, que muchas veces tienen que afrontar con muy escasos medios. Liberia, Guinea y Sierra Leona son los 3 países más afectados por esta epidemia, y no es casualidad que también estén dentro de la lista de los 15 países con menos personal sanitario por habitante -en los puestos 6, 10 y 14 respectivamente. Una solución que se esté proponiendo es la de enviar personal sanitario desde nuestros países desarrollados, pero resulta paradójico, ya que Liberia y Sierra Leona son dos de los 5 países africanos que pierden más del 50% de su personal médico porque migran a los países industrializados de la OCDE. Así, no es de extrañar que el panorama sea desolador para la población: tiene poco personal, una parte muere, otra parte migra, y el que queda es insuficiente para cubrir sus necesidades sanitarias generales, que son muchas y muy diferentes al ébola. Posiblemente nunca lo sabremos con exactitud las cifras, pero es seguro que el número de muertes en estos países debido a la falta de atención sanitaria hacia sus enfermedades más frecuentes (malaria, infecciones respiratorias, diarreas en la infancia...) es mucho mayor que la debida propiamente a la epidemia del ébola.

Pero, como decía anteriormente no es un problema exclusivo de los países pobres. Un estudio de la Comisión Europea considera que para 2020 van a faltar por cubrir 1.000.000 de plazas de personal médico, de enfermería y de otras profesiones sanitarias en Europa. Y que su carencia provocará que el 15% de los cuidados que teníamos en 2010 en Europa no se cubrirán. Las mismas estimaciones presentan en 2025 un déficit del 14 % de personal médico en España. Claro que España ha sufrido grandes fluctuaciones en los últimos años. En 2006 España comenzó a tener grandes déficits de personal sanitario debido principalmente a 3 factores: descentralización de los servicios de salud y un aumento de servicios, aumento de población (sobre todo migrante) y, por último, la jubilación masiva de profesionales sanitarios, contratados en los años 70 del anterior siglo. En ese momento había más plazas para estudiar la especialidad (MIR) que estudiantes que acababan la carrera, por lo que muchos médicos extranjeros tenían las puertas abiertas para estudiar la especialidad en nuestro país, incluso para quedarse después. Pero la última crisis económica y el frenazo demográfico provocó entre otras cosas que el Mº de Educación redujera las plazas de las Universidades y las plazas MIR, y por lo tanto haya menos plazas para estudiar para el personal extranjero (20% en 2009, 4% en 2013). Pero no solo recibimos menos personal, nuestro personal también migra fuera de nuestras fronteras, porque la situación laboral en España favorece también la salida de nuestros profesionales. El 41 por ciento de los sanitarios no confía en mantener su puesto de trabajo en los próximos seis meses y según los sindicatos ha habido recortes de unos 50.000 puestos de trabajo en los últimos años en los servicios de salud. En esta coyuntura es importante que los derechos del personal sanitario sean respetados en todos los países, pero no siempre ocurre. Hemos conocido casos de profesionales sanitarios que, yendo a países de nuestro entorno como Alemania, no se les equiparaba con sus compañeros alemanes, ni en derechos laborales ni salarialmente. Es por tanto un problema global, y como tal fue asumido en la Asamblea de la OMS de mayo de 2010, donde fue presentado y aprobado por todos los países un Código de prácticas de contratación de personal sanitario, donde los países se comprometieron a planificar sus necesidades de personal, establecer una contratación ética internacional y dar un trato equitativo a los trabajadores sanitarios migrantes. Este año, 2015 debemos ver los avances que ha tenido el cumplimiento de este Código, unos avances, que por los datos que tenemos son insuficientes, y que ponen en riesgo de sufrir a mucha gente en el mundo. Si nuestros sistemas de salud son el armazón que nos permiten asegurar unos servicios que puedan dar respuesta a nuestras necesidades de salud, el personal sanitario es el corazón que permite que ese sistema esté vivo. Debemos exigir que haya la voluntad política para tener y mantener a ese corazón fuerte y sano, para que podamos un día celebrar que no haya un Día de la salud.