Saltar a contenido

"Al Sistema de salud de Guatemala históricamente lo ha sostenido el personal de enfermería"

Suman 7.000 profesionales de enfermería en los servicios públicos de Guatemala. De este porcentaje, el 71%  se encuentra ubicado en áreas de salud municipales o departamentales. Juana Milian, colaboradora de medicusmundi y  responsable de la transferencia técnica de los distritos de salud, nos cuenta la realidad del séctor de enfermería y cómo ha afectado la COVID19 en Guatemala.

Juana Millán (en la foto, en el centro rodeada de compañeros) lleva 27 años de su carrera de enfermería trabajando en áreas rurales en Guatemala con programas de promoción y prevención de la salud dirigidos a las familias más vulnerables en coordinación con el área de la salud pública, en desarrollo de proyectos, investigación en modelos de atención de salud. Actualmente es parte del equipo del Instituto de Salud Incluyente (ISIS), que brinda asistencia técnica al Ministerio de Salud y Asistencia Social y Docente de Investigación de la Escuela de Enfermería de la Universidad Mariano Gálvez. El ISIS es una organización social de medicusmundi en Guatemala que en la actualidad está ejecutando, entre otros, el programa para la Reducción de la desnutrición infantil en Sololá y el de “Acceso universal de la población de Guatemala a una atención en salud integral e incluyente

Nos cuenta que se han conseguido grandes logros a lo largo de la historia de la Enfermería en el país, pero que hay que seguir mejorando puesto que se mantienen una serie de inequidades como la de género (sobre todo en puestos de dirección donde se contratan más hombres), la brecha salarial o la falta de reconocimiento profesional. La situación actual de enfermería en Guatemala requiere más personal con el grado de licenciatura y maestría, aumentar la calificación de las enfermeras licenciadas, retomar el rol en la atención primaria de salud para brindar cuidados de prevención y promoción de la salud, ejercer una gestión de gerencia social con funciones de practica avanzada, basada en la evidencia y sin olvidar los principios de equidad, solidaridad y subsidiariedad.

¿Cómo se ha desarrollado la dinámica laboral con la COVID19?

Para la enfermería ha sido un gran reto, principalmente por la discriminación que ha sufrido por parte de muchas personas. Por otro lado, el poder desplazarse y llegar  los distintos lugares de trabajo ha sido difícil porque aquí no hay transporte público y las distancias son muy largas. El personal sanitario ha tenido que caminar grandes distancias y buscar medios de transporte comunes junto a otros compañeros. Hay compañeras/os enfermeras que han tenido que abandonar sus residencias por temor de las personas al contagio y creyendo que ellos como enfermeros llevaban el virus a la casa.

Las comunidades indígenas ¿cómo se han enfrentado a la COVID19? ¿Qué han aportado y cómo han respondido?

Las comunidades en su mayoría se han enfrentado a la emergencia con mucha determinación, organización y coordinación con el personal de salud. En lugares fronterizos son ellos, junto con el personal de enfermería, los que vigilan y monitorean la entrada de personas ajenas a la comunidad. El apoyo y la involucración de los líderes a sido fundamental principalmente en la búsqueda activa de casos en las comunidades, en asegurar el aislamiento social (cuarentena)  y en evitar los contactos foráneos, han brindado acompañamiento y apoyo al personal de salud en las visitas para la vigilancia activa de casos, investigación de muertes, han apoyado en la divulgación de mensajes claves para la prevención del COVID-19.

Pero por otro lado también ha sido complicado controlar la desinformación o bien exceso de información de los medios de comunicación. En lugares con más concentración del pueblo Maya, han impedido la entrada de personas fuera de la comunidad, lo que incluía al personal de salud, originado por el miedo, la incertidumbre. De ahí la importancia de trabajar el tema de la participación comunitaria.

¿Como se ha desarrollado vuestro trabajo con los proyectos en el contexto COVID-19 y cómo se ha visto afectado? 

El trabajo desde el Instituto de Salud Incluyente (ISIS) y el mío concretamente como asistencia técnica al personal de los distritos de salud lo he desarrollado de forma virtual debido a las restricciones de movilizació o las disposiciones de toque de queda. Ha afectado sobre todo al tema de  horarios (al trabajar desde casa no los hay), y se deben de buscar e ir implementando estrategias para mejorar la comunicación y viabilizar el desarrollo técnico a los diferentes equipos de trabajo, ante esta emergencia. A los proyectos vigentes se les tuvo que realizar reajustes para alinearlos a la emergencia COVID-19. Esto conlleva el desarrollo de guías y protocolos para apoyar en campo a los distritos de salud. Ha constituido un gran reto.

La cifra oficial publicada por el ministerio de salud publica y el gobierno hasta el momento son 967 casos, y de estos el 2.4% han fallecido, pero puede existir un subregistro de datos no divulgado por medios oficiales.

En Guatemala la Enfermería ha sufrido un contagio mínimo (entre un 2% a 5%) pero los más afectados han sido los médicos en diferentes hospitales del país, y han tenido que cerrar servicios y hospitales privados. En el noreste del país se ha tenido que poner en cuarentena a todo el personal de un distrito de salud, que conlleva el cierre de los servicios de salud.

Es un día para reivindicar al sector y denunciar temas mejorables ¿Que pondrías en valor del trabajo de la enfermería como aportación a todos los niveles?

En lo social no se puede medir ni cuantificar pues somo una profesión que aporta mucho a la sociedad no solo en salud, sino en desarrollo. La enfermería brinda atención y cuidados a la persona, a la familia y a las comunidades y se encarga de la promoción y prevención de la salud. Si una enfermera es líder va aportar muchísima riqueza a la sociedad, desarrollando procesos a nivel comunitario, familiar e interactuando con toda la población. La calidez, el trato, la empatía que tiene con el paciente, no es reemplazable. Es necesario visibilizar el rol de enfermería a nivel social, pues aunque muchos saben de su papel en la sociedad, no existe respeto hacia la profesión.

El este año 2.020 se debería de dar a conocer ésta profesión por otros aspectos, y no solo la atención o cuidado directo al enfermo, La enfermería posee áreas para su ejercicio profesional que no toda la población conoce: la gerencia, la docencia, la investigación. Es necesario que se visibilice y contextualizar que hoy en día se ha mostrado no solo lo valiosa que es enfermería sino la escasez en los servicios públicos de salud para hacer frente a la situación actual de la emergencia. Es momento de exigir el reconocimiento como profesión en toda su dimensión, y que se visibilice toda su aportación.

En este año en el que se cumplen el bicentenario del nacimiento de Florence Nightingale, en lugar de hacerse las celebraciones programadas, enfermería se está luciendo en el campo de acción, demostrando el valor que tiene como profesión, como equipo. Porque no es sólo una profesión, es una vocación.