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Eduardo García Langarica: “La pobreza y la desigualdad son el origen de la mala salud en el mundo”

Desde hace más tres décadas Eduardo García de Langarica es médico de familia en el Centro de Salud Agurain-Salvatierra de la OSI Araba. A principios de los 90, su compromiso con el cambio social le llevó a compaginar su actividad profesional con la participación en la asociación medicusmundi Álava.

 
Su implicación tanto en la asociación como en otros foros de cooperación al desarrollo ha ido aumentando con los años, hasta llegar a asumir la presidencia de la Federación de Asociaciones Médicus Mundi España (FAMME), en cuyo nombre habló en 2016 ante la Asamblea General de la OMS.

En este artículo Eduardo nos habla de su andadura profesional y en la ONGD alavesa, que en diciembre celebrará su 50 aniversario.

Cuando me preguntan por qué estoy en medicusmundi y no en cualquier otra organización que sea más conocida, más grande o más lo que sea, la primera razón que me viene a la cabeza es “por casualidad”.

Algunas de las cosas importantes que me han pasado en la vida han sido por casualidad. Un ejemplo de ello es mi trayectoria profesional. Soy médico de Salvatierra-Agurain desde 1980.  Llegué a este pueblo alavés como interino para unos meses, pero al año siguiente se convocaron las que fueran las últimas oposiciones para médicos de APD (Asistencia Pública Domiciliaria), las saqué y aquí sigo 37 años después.

No diré que al acabar la carrera en Bilbao fuera esta mi primera opción profesional, pero visto en perspectiva no lo cambiaría por nada, incluso a pesar de aquellos años 80 en los que los médicos de pueblo lo éramos las 24 horas del día, los 365 días del año.

Soy médico de Salvatierra-Agurain desde 1980, […] visto en perspectiva no lo cambiaría por nada, incluso a pesar de aquellos años 80 en los que los médicos rurales lo éramos las 24 horas del día, los 365 días del año.

En los primeros años 90, mi compromiso con un cambio en la sociedad me llevó a incorporarme a medicusmundi Álava. Lo que me encontré fue una organización profesional,  no porque fueran profesionales sanitarios, que no todos, ni siquiera la mayoría lo eran, sino por su forma de trabajar.

Lo cierto es que entonces yo no tenía ni idea sobre cooperación, pero trabajando con medicusmundi tuve la oportunidad de compartir la experiencia que se acumulaba en su seno, así como de participar en los debates tanto a nivel interno, como externo, en la coordinadora de ONGDs de Euskadi y en el primer Consejo de Cooperación de Euskadi, del que formé parte. En aquellos años, además, participé en la formación de la Federación de Asociaciones medicusmundi España (FAMME).

Todas estas experiencias me han llevado a tener una visión personal y crítica sobre las causas de la pobreza y la desigualdad, y de ambas como origen de la mala salud en el mundo, y sobre el modelo de desarrollo actual que las origina y las perpetúa tanto como el cambio climático.

Y digo “me han llevado”, pero creo se trata de una visión general tanto de medicusmundi  como de buena parte de las ONGDs que, hoy por hoy, afirmamos que solo falta voluntad política para acabar con esas lacras, porque medios hay suficientes y de sobra para hacerlo.

Estas convicciones me han ido llevando a aumentar mi compromiso e ir aceptando responsabilidades hasta llegar a asumir la presidencia de la FAMME.

Gracias a ello he recibido algunos reconocimientos personales, como el de Médico Solidario del ICOMA en 2012 o ser citado en la OSI Araba como referente en los valores de la organización en 2016, reconocimientos que, como no puede ser de otra forma, han supuesto una gran satisfacción para mí.

Mi mayor orgullo fue la oportunidad que tuve de que un “médico de pueblo” se dirija a la Asamblea General de la OMS al recibir el Premio Sasakawa en nombre de la FAMME.

Sin embargo, he de señalar que mi mayor orgullo fue la oportunidad que tuve, yo, un médico de pueblo, de dirigirme a la Asamblea General de la OMS al recibir en nombre de la FAMME el Premio Sasakawa. Premio que nos otorgaron por nuestro trabajo en Atención Primaria de salud, por el Modelo Incluyente de Salud que desarrollamos en Guatemala, El Salvador, Bolivia y Perú. La FAMME se convirtió así en primera ONGD española en recibir un premio de la OMS. Conocer en ese acto a Sir Michel Marmott, referente mundial sobre determinantes sociales de la salud, contribuyó a que aquel fuera uno de los momentos más importantes de mi vida.

Respondiendo a la pregunta, “¿por qué medicusmundi?”, debo decir que porque estoy convencido que hoy medicusmundi es la ONG de desarrollo que mejor representa esos valores que para mí son convicciones: la defensa del Derecho Universal a la Salud a través de Servicios Públicos basados en Atención Primaria, y lo hace cooperando con las poblaciones vulnerables de igual a igual y combatiendo aquí las causas estructurales de la pobreza y la desigualdad.

Dije, cuando fui elegido Presidente de la FAMME, que todas las personas tenemos un compromiso y una responsabilidad con la época que nos ha tocado vivir, ahora me gustaría añadir que también con las generaciones por venir a este mundo. Para mí ese compromiso y esa responsabilidad se han manifestado en mi trabajo en medicusmundi y en tratar de ser buen profesional en mi trabajo diario en Salvatierra. 

Quiero aprovechar la ocasión que se me brinda para invitaros a comprobarlo por vosotros y vosotras mismas, como socios-as, mediante el voluntariado, o haciendo donaciones para algún proyecto concreto que os guste por la razón que sea, en medicusmundi o en la asociación que consideréis más oportuno o que se acerque más a vuestros planteamientos. 

Todo es necesario para seguir haciendo nuestro trabajo.

Eduardo García Langarica. Médico de familia del Centro de Salud Agurain de la OSI Araba.

 

Blog de Eduardo: Médico cúrate a ti mismo

Artículo publicado originalmente en www.osaraba.eus