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6 de febrero, Día contra la Mutilación Genital Femenina

17.000 niñas de 0 a 14 años residentes en España en riesgo de ser sometidas a la ablación. 17.000 motivos para que se haya aprobado el primer protocolo común contra la ablación en nuestro país, que la emigración ha convertido en un problema mundial, no exclusivo de África.

En España, la mutilación femenina se considera delito de lesiones desde el año 2003, pero es un tema tabú, y las mujeres llegadas de los 28 países de África y Asia donde esta práctica está arraigada no quieren hablar de ello. Es la razón por la que no hay datos, y por la que serán los médicos españoles quienes pidan a las familias procedentes de los países donde se practica la ablación que se comprometan por escrito a no mutilar sus hijas cuando viajen a sus países de origen. Si se niegan a firmar, será la fiscalía quien finalmente estudie acciones cautelares. Se trata de un compromiso preventivo voluntario que no garantiza que la niña no pueda ser mutilada en el país de sus padres, pero los expertos coinciden en que es un arma disuasora, como se ha visto en Navarra, Cataluña y Aragón, las únicas comunidades que adoptaron un protocolo médico contra la ablación. Hoy, Día Internacional contra la Mutilación Genital Femenina, medicusmundi hace balance de su trabajo comprometido durante 40 años en Burkina Faso, uno de los pocos países africanos promotores de la Resolución de la ONU contra la Mutilación femenina (aprobada por la Asamblea General el 20 de diciembre del 2012). Medicusmundi está presente en Burkina Faso desde 1975, con proyectos y programas de cooperación sanitaria dirigidos, sobre todo, a mejorar la salud de las mujeres y niñas del país, apoyando la estrategia de Salud Reproductiva del Ministerio de Salud, fundamentalmente en la lucha contra la mortalidad materna y la mutilación genital femenina. Porque, pese a la legislación Internacional y a que la Carta Africana de derechos humanos reflejan que la Mutilación Genital Femenina (MGF) es una violación de los derechos humanos fundamentales de las niñas y las mujeres, se calcula que en el mundo hay 135 millones de víctimas de esta práctica arraigada en más de 28 países de África y Asia. Y no sólo afecta a niñas y mujeres: un estudio de la Organización Mundial de la Salud, realizado en varios países africanos, concluye que la mortalidad y la necesidad de reanimación tras el parto es mayor en los recién nacidos de madres mutiladas.

Burkina Faso y su postura ante la ablación Desde hace más de 20 años, Burkina Faso lucha contra la MGF: en el año 1991 modificó su Constitución para adaptarla a la Declaración Universal de Derechos Humanos, garantizando la igualdad entre las personas, sin discriminación de ningún tipo. Desde 1996 cuenta con una legislación específica que penaliza su realización, con penas mayores para el personal sanitario o paramédico, o ser cómplice de la práctica de la MGF. Burkina ha firmado todos los acuerdos internacionales y regionales en materia de derechos humanos y contra la mutilación genital femenina y, junto a otros países, ha solicitado a la Unión Africana la prohibición total de esta práctica. Recientemente, con el apoyo de Naciones Unidas, Burkina Faso ha elaborado un Plan Nacional de Acción para promover la eliminación de la MGF como parte de una política de tolerancia cero. En una encuesta demográfica y de salud realizada en 2010 por el gobierno de BF, con el apoyo de diversas organizaciones internacionales, el 70% de las mujeres encuestadas admitió haber sufrido una MGF. Sin embargo, la encuesta mostró una notable disparidad entre generaciones: mientras que las mujeres entre 45-49 años estaban mutiladas en un 89%, este porcentaje bajaba al 58% en las niñas y jóvenes de 5 a 19 años, lo cual debe traducirse como una señal de la disminución constante del número de mujeres y niñas mutiladas en estos últimos años. En Burkina Faso, al igual que en el resto de los países africanos donde está presente la MGF, esta no se practica de forma uniforme a todas las mujeres: el riesgo de padecerla se incrementa si se pertenece a determinadas etnias como, por ejemplo, la Mossi; si se vive en un medio rural o cuando el nivel educativo de la madre es menor. Ninguna religión aprueba la práctica de la MGF, sin embargo es más prevalente en familias musulmanas (80%) que en las católicas y protestantes (60%).

¿Por qué se sigue practicando, pese a estar prohibida? La MGF está muy arraigada culturalmente en la sociedad burkinabe, ya que se considera que facilita el matrimonio de las mujeres y mejora su estatus en la sociedad: en efecto, la mutilación genital temprana pretende controlar la sexualidad de las jóvenes y mujeres, preservando así su castidad y virginidad hasta el momento del matrimonio y obteniendo con ella esposas que no serán promiscuas sino dignas y fieles. Hay, además, otras creencias como las que consideran que la mutilación genital femenina ayuda a mejorar y mantener la higiene personal, que el clítoris es un órgano masculino y puede causar daños al recién nacido en el momento del parto, etc. Pero, sobre todo, es la presión social y la necesidad de cumplir con las tradiciones lo que permite la pervivencia de esta y otras prácticas que son nefastas para la salud de las mujeres y las niñas. Matronas y personal sanitario local La labor de Medicusmundi se ha basado en el apoyo al “Comité Nacional de Lucha contra la Práctica de la Escisión[1]” sobre todo en las zonas rurales, de difícil acceso y con menos recursos. Estos proyectos se realizan en colaboración con el personal sanitario local, especialmente con las matronas, por ser personas reconocidas y respetadas por la población y depositarias de la confianza de las mujeres y contemplan la sensibilización de la población, la formación del personal sanitario y el apoyo logístico a las asociaciones locales que luchan contra esta práctica, contribuyendo, mediante esta estrategia, a la disminución de su realización en aquellas zonas donde hemos intervenido. Medicusmundi Andalucía sigue en Burkina tratando de mejorar la Salud Sexual y Reproductiva, especialmente de las mujeres. Con este objetivo, recientemente, una ginecóloga y una matrona del hospital San Cecilio de Granada se desplazaron al país para poner en marcha un proyecto que pretende introducir en los currículos de formación del personal sanitario, especialmente matronas, el enfoque de derechos y de género, lo cual tendrá un papel relevante en la lucha contra la mutilación genital femenina; para ello impartieron un curso de formación específico dirigido al profesorado de la Escuela Nacional de Salud Pública de Ouagadougou. Medicusmundi Andalucía conmemora en 2015 cuarenta años de cooperación sanitaria internacional, que inició precisamente en Burkina Faso. Desde entonces hemos tratado, y logrado en muchos casos, de mejorar la salud de la población, y, especialmente, de sus mujeres y niñas. Pero, aunque es arduo el camino que resta por andar, está en nuestro ánimo seguirlo hasta que la erradicación de la mutilación genital femenina sea una realidad.