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25N, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

La violencia contra mujeres y niñas es una violación grave de los derechos humanos arraigada en las relaciones de poder históricamente desiguales entre los hombres y las mujeres y la discriminación sistémica contra la mujer tanto en la esfera pública como en la privada.

Su impacto puede ser inmediato  pero también a  largo plazo  y tiene múltiples consecuencias adversas tanto físicas, sexuales, como psicológicas que pueden llegar a ser incluso mortales para mujeres y niñas  y que no sólo afectan  negativamente a su bienestar sino que también impiden su plena integración y participación en la sociedad.

Una de cada tres mujeres han sido víctima de abuso en su vida. En épocas de crisis, las cifras aumentan, como ha ocurrido durante la pandemia de COVID-19 y las recientes crisis humanitarias, conflictos y catástrofes climáticas.

Las diferentes manifestaciones de esa violencia y las experiencias personales de las mujeres dependen de factores como el origen étnico, la clase social, la edad, la orientación sexual, la discapacidad, la nacionalidad y la religión y pueden presentarse de muy diversas maneras:  física, sexual y psicológica e incluye:

  1. violencia por un compañero sentimental (violencia física, maltrato psicológico, violación conyugal, femicidio);
  2. violencia sexual y acoso (violación, actos sexuales forzados, insinuaciones sexuales no deseadas, abuso sexual infantil, matrimonio forzado, acecho, acoso callejero, acoso cibernético);
  3. trata de seres humanos (esclavitud, explotación sexual);
  4. mutilación genital  y
  5. matrimonio infantil.

No obstante, la violencia contra la mujer no se limita a una cultura, región o país en particular, ni a grupos específicos de mujeres dentro de una sociedad; aunque  algunas son particularmente vulnerables, ejemplo de ellas son las niñas de corta edad y las mujeres más mayores, las mujeres que se identifican como lesbianas, bisexuales, transgénero o intersex, las migrantes y refugiadas, las de pueblos indígenas o minorías étnicas, o mujeres y niñas que viven con el VIH y discapacidades, y aquellas en crisis humanitarias.

La violencia de género puede y debe evitarse , sigue leyendo el artículo AQUI