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La Malaria y el "efecto Boomerang"

Herramientas sencillas como mosquiteros, fumigaciones en interiores y medicamentos eficaces impulsados por los Objetivos de Desarrollo del Milenio han ayudado a los países a reducir las muertes por paludismo o malaria en un 6 por ciento desde el año 2000 hasta el 2015. Por desgracia estamos asistiendo a una regresión, incluso a un "Efecto Boomerang" de la malaria.

El cambió de milenio trajo un espíritu de mejora para la salud en el mundo . La malaria se consideró una prioridad a nivel mundial, recibiendo una atención privilegiada económica y política que solamente 2 enfermedades transmisibles más, el VIH-SIDA y la tuberculosis, recibieron en esa época.Se logró pasar de más de un millón de muertes por la malaria en el año 2000 a 445.000 en 2016, reduciendo también considerablemente el número de casos. Esta evolución nos permitió albergar esperanzas de su control en un medio plazo, e incluso soñar con erradicarla.

Actualmente, son los ODS los que marcan la pauta. Una de las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 3 que hace referencia  a la malaria dice textualmente:

"3.3  Para 2030, poner fin a las epidemias del SIDA, la tuberculosis, la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas y combatir la hepatitis, las enfermedades transmitidas por el agua y otras enfermedades transmisibles."

Programa Mundial sobre Paludismo (GMP) de la OMS

Coincidente con esta fecha y el Objetivo 3 de Salud de los ODS, el Programa Mundial sobre Paludismo (GMP) de la OMS se encarga de coordinar los esfuerzos mundiales de la Organización por controlar y eliminar el paludismo. Su labor se rige por la Estrategia Técnica Mundial contra la Malaria 2016-2030, adoptada por la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2015.

La Estrategia Técnica Mundial es un marco técnico para lograr el control y la eliminación del paludismo en todos los países en los que la enfermedad es endémica. Los objetivos fijados para 2030 son ambiciosos:

  • Reducir la incidencia del paludismo en al menos un 90%.
  • Reducir la tasa de mortalidad del paludismo en al menos un 90%.
  • Eliminar el paludismo en 35 países, como mínimo.
  • Prevenir el restablecimiento del paludismo en todos los países que están libres de él.

Pero esto no se logrará a menos que no  se produzcan grandes cambios en la financiación. Para lo cual se  requeriría de una gran voluntad política para aumentar los recursos.

En qué punto nos encontramos con respecto a la malaria

Por el momento, el informe mundial de la malaria de 2017 nos avisa de un estancamiento del progreso global en los últimos años. Incluso de un “Efecto Boomerang” . Desde 2014 hay regiones mundiales que están aumentando el número de casos, sobre todo en la región americana, y aunque de forma muy leve, también sucede en África, donde se concentran el 90% de los casos mundiales, sudeste de Asia y Pacífico del Oeste. De hecho el director de la OMS advierte en ese mismo informe que, si seguimos como hasta ahora, deberemos hacer frente a más muertes y casos debidos a esta enfermedad. Hay incluso algunos expertos que opinan que el cambio climático puede hacer que zonas libres de malaria como Europa puedan volver a ser “reinfectadas” por el plasmodium, lo que globalizaría aún más el problema.

Causas del estancamiento del progreso de la malaria

Después de un período de éxitos sin precedentes, la enfermedad de la malaria está viviendo una regresión por diversos motivos:

- Reducción de la financiación de la malaria : Solamente se destina la mitad de los recursos para conseguir los objetivos planteados por los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y la reducción de la inversión en los últimos años particularmente en los países endémicos está provocando un estancamiento.

-La capacidad de adaptación del parásito que transmite la malaria a los tratamientos, incluyendo los insecticidas, es muy alta, por eso ha seguido con nosotros hasta ahora. De hecho, en algunos países se consiguió erradicar y luego ha vuelto a aparecer, lo que demuestra que es un problema global, que no se solucionará exclusivamente con medidas locales. Pero la humanidad también tiene gran capacidad de adaptación, con el valor añadido de que puede soñar para cambiar las cosas. Soñemos, creamos en esos sueños, pensemos en cómo realizarlo y actuemos en consecuencia. En este caso, solamente necesitamos asumir realmente que la salud es un derecho de todas las personas y actuar en consecuencia.

- El cambio climático y la deforestación inducida por el hombre puede estar causando un aumento en los casos de malaria , según investigadores de la Universidad de Lehigh en EEUU. En general, el aumento de agua estancada y la luz solar es favorable para la mayoría de las especies de mosquitos Anopheles, vector clave de la transmisión de la malaria, en el estudio publicado en la revista AIMS Environmental Science. Los cambios inducidos por el hombre en el entorno natural pueden tener un poderoso impacto en las tasas de malaria.

  Sistemas sanitarios públicos fuertes

Más dinero, más recursos técnicos y humanos, más medidas preventivas, más capacidad diagnóstica, más investigación.... son absolutamente necesarios, pero no son suficientes. Si queremos luchar contra la malaria debemos tener una visión más global. Las experiencias de los últimos años nos han demostrado que luchar exclusivamente contra una enfermedad no tiene mucho sentido mientras no tengamos sistemas sanitarios públicos fuertes que permitan sostener los logros específicos alcanzados en la lucha contra una enfermedad. La población debe participar en las decisiones en salud, por lo que es imprescindible que tengan mayor conocimiento sobre esta enfermedad. Y debe impulsarse una conciencia global de entender la salud como un derecho y no como una mercancía.

¿Cómo podemos luchar contra la malaria en África cuando en esa región solamente un 34% de los niños y niñas con fiebre se les lleva a una institución sanitaria? ¿Los acuerdos internacionales comerciales ayudan a que el acceso a medicamentos de las personas vulnerables esté por encima de otros intereses económicos o políticos? Los países donde esta enfermedad es muy prevalente, ¿priorizan la salud de su ciudadanía en sus presupuestos y contemplan los efectos de la salud en todas sus políticas? ¿Las políticas sanitarias globales y locales se basan en la evidencia?

La capacidad de adaptación del parásito que transmite la malaria a los tratamientos, incluyendo los insecticidas, es muy alta, por eso ha seguido con nosotros hasta ahora. De hecho, en algunos países se consiguió erradicar y luego ha vuelto a aparecer, lo que demuestra que es un problema global, que no se solucionará exclusivamente con medidas locales. Pero la humanidad también tiene gran capacidad de adaptación, con el valor añadido de que puede soñar para cambiar las cosas. Soñemos, creamos en esos sueños, pensemos en cómo realizarlo y actuemos en consecuencia. En este caso, solamente necesitamos asumir realmente que la salud es un derecho de todas las personas y actuar en consecuencia.

No vamos a poder acabar ni con la muerte ni con la enfermedad, es algo inherente al ser humano desde que nace. Pero sí podemos poner todo nuestro empeño en luchar contra las muertes y el sufrimiento evitables, como los que provoca la malaria. Tenemos el conocimiento, los recursos necesarios, y las capacidades técnicas y humanas para conseguirlo. No dejemos que dentro de 20 años la malaria siga siendo quien esté matando a la mitad de la humanidad.