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“Tenemos información; pero aún falla la educación en valores respecto a la sexualidad”

Ginecóloga de formación, Inmaculada Vila es vicepresidenta de Medicus Mundi Gipuzkoa y lleva años atendiendo a mujeres dentro de Osakidetza; más en concreto, en el ambulatorio de Eibar. En el marco del Día Mundial de la Salud Sexual reflexiona sobre la calidad y los retos del servicio vasco de salud en esta materia y sobre la atención que hay que poner en los posibles movimientos hacia la privatización de determinados servicios.

-¿Qué servicios se ofrecen desde Osakidetza en materia de salud sexual? La atención es bastante amplia. Está cubierto todo lo que tiene que ver con la anticoncepción; con la información y el acceso a cualquier tipo de método anticonceptivo. Asimismo, está contemplado todo lo relativo al control del embarazo, la maternidad y el puerperio; y también la interrupción voluntaria del embarazo. -¿Y el acceso a esta atención es universal? ¿Cualquier persona tiene derecho a ella? Sí. El Gobierno Vasco no implantó en Osakidetza el Real Decreto del verano de 2012, por el que la atención dejaba de ser universal. Aquí se atiende a todo el mundo. A mi consulta llega cantidad de población inmigrante y toda tiene garantizada su atención en los aspectos que antes comentaba. -¿Y el acceso a tratamientos; medicación y demás? ¿Puede haber quien se quede sin ellos? En principio, con lo que está financiado públicamente abarcas a la mayoría de la población. Hay anticonceptivos que están financiados por la Seguridad Social y otros que no. Normalmente, si hay problemas económicos, intentas recetar una anticoncepción que esté incluida en la Seguridad Social. Pero, si por cualquier cosa hay que acceder a algún método que no está financiado, suele haber ayudas a través de Servicios Sociales o Cáritas. -¿Y la población joven? ¿Sientes que conocen y hacen uso de estos servicios? Creo que una parte desconoce los mecanismos de acceso. Para acudir a una consulta de ginecología tienes que pedir volante al tu profesional de cabecera, pero el acceso a la matrona es directo; basta con pedir cita directamente. La matrona les hace educación sanitaria sobre todo lo que es educación sexual y reproductiva. Y, si lo considera oportuno, según el método anticonceptivo que vaya a recomendar, ella misma les da cita para ginecología. -¿Aparte de las más jóvenes, crees que el resto de las mujeres conocen los servicios que se ofrecen desde el Servicio Vasco de Salud? Muchas de las adolescentes y las jóvenes que se inician en las relaciones sexuales y la anticoncepción, como te decía, sí que desconocen los mecanismos de acceso; pero una vez empiezan a acudir a los servicios se les informa y se van familiarizando con ellos. El resto creo que sí conoce la cobertura sanitaria con la que cuentan y cómo acceder a ella. -¿Y te parece que la cobertura existente es la ideal o tendría que incluir más servicios? Yo creo que a nivel sanitario hay una cobertura amplia, pero queda una asignatura pendiente, que es el tema de la educación sexual. Todavía falta mucho por hacer, aunque no es una competencia exclusivamente sanitaria. -Precisamente, en la revisión que hicimos recientemente en Medicus Mundi Gipuzkoa del programa de acción de El Cairo junto con Fundación Desafío de Ecuador y el Movimiento Manuela Ramos de Perú, dos de nuestras contrapartes, estableció la prioridad de cara a futuro en la necesidad de una educación sexual integral. Pero, como apuntas, es algo que tiene que abordarse desde distintos sectores: sanidad, educación, servicios sociales… Puede haber diferentes lugares desde donde abordarse, pero sigue siendo una asignatura pendiente. En algunos ayuntamientos, por ejemplo, cuentan con servicios de educación sexual… Quizás lo que falta es una coordinación al respecto, porque el sistema sanitario hace una educación sexual, sí; pero más desde el punto de vista de la salud, de prevención de embarazos no deseados o de transmisión de ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual) y no tanto con un enfoque global de la sexualidad, que es lo que realmente se necesita. Los departamentos de educación también debieran implicarse. Se tendrían que poner en marcha programas de educación sexual con un enfoque de la sexualidad como parte del desarrollo de las personas. Yo creo que ahí está el déficit. -Está claro que la información hoy por hoy existe y es accesible, pero parece que no está siendo suficiente para resolver los retos que actualmente enfrenta la salud sexual de las personas. La juventud tiene mucha información, pero una cosa es la información de los métodos anticonceptivos que existen, por ejemplo, y otra la educación en valores respecto a la sexualidad; que cuando dices no es no… Eso es lo que todavía falla. -En la revisión del programa de El Cairo que antes citaba se vio asimismo que nos diferenciamos de los países del sur en cuanto a mortalidad materna, pero que el resto de problemas existentes, como la violencia machista, el embarazo adolescente o el acceso a anticonceptivos, son comunes. Insisto, confundimos información con educación; y la educación está pendiente. La educación sexual es una educación referida al desarrollo humano, porque la sexualidad está presente en toda nuestra trayectoria vital. -Así que tendríamos que fijarnos en el modelo de algunos países que cuentan con la materia de educación sexual desde la infancia hasta la universidad. Holanda, por ejemplo, donde comienza la educación sexual a los cinco años, es el país europeo con menor tasa de embarazos adolescentes. Claro. Pero aquí se le da carpetazo en unas pocas horas. Lo he visto con mis hijos. Les venía personal externo al centro educativo y en dos o tres días se hacía esa “educación sexual”, enfocada exclusivamente al conocimiento de los métodos anticonceptivos, a la prevención de las ETS, pero no a lo que tiene que ver con la sexualidad como componente del desarrollo personal. -Volvamos a los servicios que se prestan desde Osakidetza. ¿Esta época de recortes a nivel estatal se ha dejado notar también en Euskadi? En mi caso, en mi especialidad, no lo he notado; aunque en atención primaria sí que se ha recortado mucho en el tema de las sustituciones, por ejemplo. Pero a nivel servicios, no. Los recortes se han dado en lo referente al personal. -¿Y en lo que tiene que ver con la externalización de servicios o los conciertos con centros privados? ¿Se ha visto movimiento al respecto? Hay algunas pruebas que sí están concertadas con centros privados. Las mamografías, por ejemplo, nos las hacen en el Oncológico, pero también pueden hacérnoslas en el Hospital. Yo puedo enviar a una paciente indistintamente a cualquiera de estos dos centros. La decisión se toma en función de la patología y del deseo de la paciente concreta. Las resonancias magnéticas, por ejemplo, también las puedo derivar a Osatek o a un centro privado que hay en Eibar. -¿Has apreciado que hayan aumentado estos conciertos en los últimos años? En mi zona desde luego seguimos funcionando igual; no he apreciado grandes cambios. En el ambulatorio en el que trabajo el único servicio que ha desaparecido ha sido el de lavandería. Había una persona y ahora se ha externalizado. Luego, las mamografías, que se pueden mandar indistintamente a los lugares que he comentado; o las densiometrías oseas, pero que hará 20 años que se realizan en la clínica de Quirón. -¿Dónde pondríamos la línea roja en lo que tiene que ver con los procesos privatizadores; con estos conciertos y las externalizaciones? La línea roja es que la sanidad pública tiene que ofrecer una sanidad de calidad a toda la población a través del sistema público. Eso no quiere decir que puntualmente haya alguna prueba que se tenga que hacer en el sistema privado por medio de algún concierto, porque luego su seguimiento se va a hacer a través del sistema público. Lo que no sería de recibo es que la gente acabara derivada a una privada. Lo importante es conservar el carácter universal del acceso a la salud porque, lo que sí es verdad es que, a futuro, al menos si gobierna la derecha, la tendencia es privatizar cada vez más servicios; desmantelando lo público y potenciando lo privado. Eso es lo que se prevé y por lo que debemos estar alerta para seguir defendiendo lo público. El PP había privatizado hospitales de titularidad pública, pasándolos a una gestión privada, y eso afecta al personal, al acceso a la salud, etc. En Euskadi, de momento, no ha habido movimientos en ese sentido. -Tampoco tendría mucho sentido después de que Gobierno Vasco se declarase, de alguna manera, insumiso al Real Decreto de 2012… Yo creo que la proyección a futuro puede ser esa, la privatización. Por eso tanto la ciudadanía como el colectivo sanitario tiene que estar alerta y reivindicar lo público en todo momento. Hasta ahora el único servicio que sí se ha privatizado desde Sanidad es el de las urgencias domiciliarias a partir de las cinco de la tarde, que es cuando acaba el servicio de atención primaria y empiezan los PAC (Puntos de Atención Continuada), que antes eran de Osakidetza. Antes había médicos que estaban en el punto y otros que salían a hacer las urgencias domiciliarias. Luego el servicio se privatizó, pero mucho antes de la crisis.