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Memoria medicusmundi, introducción del Presidente

El año de la Memoria de Actividades que presentamos seguro que lo recordaremos como uno de esos años inolvidables, el año de la Covid-19. En el futuro, se prevén más años con posibles pandemias. Pero esperamos haber aprendido de nuestros errores.

El año al que alude la Memoria de Actividades que presentamos, seguro que se queda en nuestra memoria como uno de esos años emblemáticos que se recuerdan con nombre propio: “Año 2020”. Dentro de unos lustros miraremos atrás y diremos a las más jóvenes y también a aquellas que lo vivimos juntas de una u otra manera: “¿Te acuerdas del 2020, el año de la pandemia?”.

En el futuro, se prevén años con posibles pandemias. Y queremos creer que esta vez no pille a los gobiernos sin preparar y sin saber cómo actuar. Todos y todas hemos aprendido de nuestros errores, y esperamos que los sistemas de salud públicos globales y la gobernanza de la salud a nivel mundial sean capaces de impedir una crisis sanitaria, social y económica como la que hemos vivido recientemente.
A primeros de año, iniciamos la campaña por la modificación de la ley del medicamento, pedíamos una mayor transparencia y rendición de cuentas sobre los procesos de aprobación de nuevos medicamentos y de la forma en cómo se fijan los precios de los mismos. A pesar de que la pandemia ha hecho inviable la recogida de firmas por las limitaciones de movilidad y la imposibilidad de contacto físico, podemos afirmar que la campaña se ha demostradoespecialmente oportuna.
Con el proceso de investigación, aprobación, fabricación y distribución de las vacunas COVID-19, se han reproducidotodos los vicios caracterí sticos que denunciamos. Lo peor ha sido el proceso de distribución de las vacunas que ha seguido el modelo de “sálvese quien pueda”. Y quien pueda es, siempre, quien puede pagarlo: los países enriquecidos, que han actuado acaparando vacunas. Pero otro aspecto denunciable es que a pesar del enorme impulso financiero público para la elaboración de las mismas, no se haya incluido ninguna cláusula de, por lo menos, control de precios, algo de retorno social por parte de las farmacéuticas.
Por otro lado, la pandemia ha puesto muchos límites a las actividades en todos los países del mundo y eso ha restringido la capacidad de ejecución de proyectos en todos los países. Las oficinas se han adaptado al teletrabajo, y las reuniones virtuales han sustituido a los encuentros personales tan necesarios para la buena gestión de una Federación como la nuestra. Hemos participado en movimientos para corregir los errores que nos han llevado a la gravedad de esta pandemia, y especialmente en apoyo de los servicios públicos de salud, la atención primaria de salud y la salud  pública.

Aprovecho estas líneas para recordar a Alfonso Sancho y Mirian Urzaiz, dos personas muy queridas de medicusmundi fallecidas en mayo de 2020. Alfonso Sancho fue una persona muy comprometida con la cooperación y la justicia global, lo que le llevó del activismo de base al compromiso institucional, asumiendo en su momento la presidencia de la Federación de Asociaciones Medicus Mundi en España, FAMME. Mirian Urzaiz trabajó muchos años en medicusmundi NAM, y a pesar de que los últimos años estuvo alejada de la primera línea por motivos de salud, siempre fue una parte muy importante de la familia medicusmundi. Tristemente no pudimos acompañar a ninguna de las familias en esos momentos como hubiéramos deseado a causa de las limitaciones por el estado de alarma, pero si logramos hacer llegar todo nuestro cariño a sus respectivas asociaciones.
Personalmente, esta es mi última carta como presidente de la FAMME. En la asamblea en la que aprobemos estas memorias me despido del cargo. Ha sido un honor haberlo representado y, de alguna manera, servir a esta Federación durante estos años.

Espero haber sido útil al crecimiento de medicusmundi. Gracias a todas y todos.

Eduardo García Langarica

MEMORIA 2020