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Empoderamiento y legislación, medicina contra el acoso

"Toda persona tiene derecho a decidir con quién, cuándo y cómo tiene (o no) descendencia y relaciones sexuales. Son los derechos que garantizan la libre decisión de todas las personas, mujeres y hombres, sobre la manera de vivir el propio cuerpo en las esferas sexual y reproductiva."

Este logro fue fruto del trabajo de los movimientos feministas de las décadas de los 70 y 80, quienes reivindicaron con fuerza los derechos sexuales, constantemente olvidados.  No fue hasta el año 1994 cuando se formuló por escrito de esta manera los derechos sexuales y reproductivos, en el marco de los Derechos Humanos. Ocurrió hace 24 años como resultado de la Conferencia Mundial sobre Población y Desarrollo (CIPD) celebrada en El Cairo.

Existe un antes y un después de esta Conferencia en la que 179 estados, impulsados por organizaciones de mujeres, colectivos feministas y movimientos sociales, acuerdan un Programa de Acción para mejorar la calidad de vida y el bienestar de los seres humanos, promover la equidad entre los géneros, reducir la mortalidad materno-infantil y obtener el acceso universal a los servicios de salud reproductiva, incluida la planificación familiar y la salud sexual.

A pesar de todos estos esfuerzos, el avance en la adquisición de estos derechos no es tan ágil como desearíamos. No obstante, este mismo año tenemos que celebrar que la India se suma a los países que defienden y amparan a las personas gays con todas las protecciones constitucionales, poniendo fin a una ley de la época colonial que criminalizaba la homosexualidad . A partir de ahora cualquier discriminación basada en la sexualidad será ilegal. En sus conclusiones , los ministros dijeron que la homosexualidad era “natural” y que la Constitución india debía evolucionar con el tiempo.

Que el segundo país más poblado del mundo asuma esta postura tiene una gran importancia, ya que podría producirse un efecto dominó entre los países que no tienen incorporada esta ley para poner fin a este tratamiento humillante, discriminatorio y represivo que sufre por razones de sexo una parte de la humanidad. Sin ir más lejos en la propia Europa, pues Rusia y Letonia todavía criminalizan y condenan a homosexuales y lesbianas con hasta dos años de cárcel, según la asociación de lesbianas, gays, bisexuales, trans e inter, ILGA.

Como resultado de dicha persecución en esos países existe una emigración de origen sexual. Ellos, los afectados, se definen como "refugiados por orientación sexual". Es un fenómeno mundial que también se hace sentir en España, que recibe a colectivos LGTB de hasta 81 nacionalidades (Marruecos, Gambia, Venezuela, Honduras, El Salvador, Argelia, Camerún y Rusia son algunos de los principales países de origen según CEAR) que huyen de la represión, violencia y penas de cárcel en sus países de origen. Todos ellos piden asilo alegando discriminación por su orientación sexual.

La realidad nos muestra que, aunque se asume que el empoderamiento de las mujeres es un elemento clave para conseguir los Objetivos de Desarrollo, se está muy lejos de conseguir una equidad de género real.  Según el Informe 2017 “La Salud en la Cooperación al Desarrollo y la Acción Humanitaria”, en 87 países (son datos de entre 2005 y 2016), el 19% de las mujeres de entre 15 y 49 años dijeron que habían experimentado violencia física o sexual a manos de su pareja. El matrimonio infantil sólo ha descendido un 25% desde 1990 hasta 2015, y la mutilación femenina un 30%, porcentajes claramente insuficientes para alcanzar las metas de este objetivo. Y en 45 países (43 de ellos países en desarrollo) solamente la mitad de las mujeres de entre 15 y 49 años que están casadas o viven en pareja toman sus propias decisiones en materia de relaciones sexuales consentidas, usan anticonceptivos y acuden a los servicios de salud.

El problema afecta al mundo entero.. En 2017 desde Hollywood surgió un movimiento a través de las redes, #MeToo, que denunciaba el acoso y la agresión sexual sufridos por mujeres y algunos hombres en la industria del cine en un primer momento. Posteriormente alzó la voz el mundo de la música, de las ciencias, el académico, el político, en definitiva en todos los ámbitos profesionales denunciaban el acoso que sufren las mujeres . Éste movimiento puso de manifiesto que el acoso sexual es un mal sistémico en el mundo. Si desde la década de los años 60, movimientos y asociaciones de mujeres reivindican el empoderamiento femenino, cincuenta años después seguimos luchando por lo mismo. Ya es hora todos asumamos y nos comprometamos a erradicar esta lacra.

En 2011 medicusmundi aprobó la Declaración sobre Derechos en Salud sexual y Salud Reproductiva donde fija su posición y manifiesta su compromiso en defensa del derecho de las mujeres a decidir. De la misma forma que no se puede obligar a abortar a una mujer, tampoco se la puede obligar a ser madre. La posición de medicusmundi se sustenta en los tratados sobre Derechos Humanos, así como en los acuerdos, compromisos y normativa de carácter internacional.

Asimismo, medicusmundi   apoya el derecho de la mujer a decidir "Toda persona tiene derecho a decidir con quién, cuándo y cómo tiene (o no) descendencia y relaciones sexuales. Son los derechos que garantizan la libre decisión de todas las personas, mujeres y hombres, sobre la manera de vivir el propio cuerpo en las esferas sexual y reproductivo.