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Virus ZIKA, una alarma social para una mayor acción social

Los medios de comunicación de todo el planeta, y la Organización Mundial de la Salud (OMS), han inundado nuestro comienzo de 2016 con una nueva palabra: Zika. Poco más podríamos añadir a la información que ya se viene dando de este no tan nuevo virus (se conoce desde 1947) y su impacto, aún no confirmado con evidencias, en el aumento de trastornos neurológicos y malformaciones congénitas detectadas en países como Brasil.

Ya sabemos que la OMS ha declarado una emergencia de salud pública de importancia internacional, y esto ha generado una gran alarma social y su consiguiente cobertura mediática. Pero las evidencias son aún incipientes y no contrastadas, la gravedad del virus es más bien baja (apenas se manifiesta en el 20% de los portadores y su mortandad es nula) y el riesgo para otras zonas del planeta es reducido. A la espera de contar con mayor evidencia científica que saque a la luz resultados y no hipótesis, esta nueva declaración de la OMS pensamos que deja al menos dos grandes conclusiones que son las que realmente se deben analizar desde los medios de comunicación y sobre todo los líderes políticos, especialmente los vinculados con las políticas de salud. La primera de ellas es que la salud es una cuestión global, y por tanto las soluciones políticas a problemas de salud deben ser globales. La aparición del virus parece surgir en África, rebrota en el pacífico, llegó a América Latina por Brasil en mayo de 2015 afectando, a finales de enero de 2016, a 26 países, lo que la ha convertido en una noticia de alcance mundial. Es por tanto una realidad que vivimos en un mundo global, donde los movimientos de personas y mercancías es ilimitada, y por tanto los riesgos de salud no son ni nacionales ni regionales, sino internacionales y globales. Por eso el abordaje de sus soluciones pasa por una respuesta global que fortalezca las instituciones internacionales rectoras de la salud, con la OMS a la cabeza, y que, más allá de reforzar los sistemas de salud nacionales, se colabore en el fortalecimiento de las estructuras de salud de los países menos desarrollados. Como se demuestra año a año en los informes de “la salud en la cooperación al desarrollo”, desde que comenzó la crisis la década pasada, la cooperación española en materia de salud ha disminuido a niveles lamentables. Incluso a nivel mundial, los escasos incrementos de cooperación en salud se han focalizado principalmente en la lucha contra enfermedades individuales, mediante programas verticales, y no al refuerzo de los sistemas locales de salud, quienes se ven limitados o fragmentados para hacer frente a los problemas de salud de manera integral. Unido a esto, la segunda conclusión sería que, a falta de tratamiento (parece que no habrá ni vacunas ni tratamiento disponibles en un corto-medio plazo), cualquier acción eficiente frente al virus Zika pasa por estrategias de prevención de riesgos y promoción de entornos seguros, es decir, por más y mejor Atención Primaria en Salud (APS), con un abordaje integral de sus determinantes (tales como pobreza, género, medio ambiente...). La promoción y la prevención han venido siendo relegados a acciones secundarias, en favor de la curación y la rehabilitación, a pesar de que “no hay tratamiento mayor que evitar la enfermedad”. En una enfermedad transmitida por vectores la mejor solución es la prevención de los mismos, promoviendo su control desde los sistemas públicos de salud en los espacios locales. La respuesta por tanto no debería ir orientada a generar nuevos programas de intervención vertical sino a fortalecer, en los países afectados, los primeros niveles de los servicios públicos de salud. Pero también es importante en esta respuesta contar con la participación de la población, ya que sin duda es ésta la estrategia más eficaz para modificar estilos y condiciones de vida de las personas en la lucha contra el mosquito. Medicus Mundi trabaja desde hace más de 45 años en América Latina para garantizar el derecho a la salud de todas las personas, especialmente las más vulnerables o excluidas de la prestación de servicios. Es sobre estas personas sobre las que mayor incidencia está teniendo el virus Zika y sus supuestas consecuencias. A lo largo de la última década Medicus Mundi ha centrado su trabajo de Guatemala, El Salvador, Bolivia y Perú en transformar los sistemas públicos de salud para favorecer una APS efectiva y eficiente. Pensamos que esta estrategia, reconocida y galardonada por diferentes instituciones, debe ser un pilar en las acciones que se lleven a cabo dentro de la emergencia de salud pública impulsada desde la OMS. Medicus Mundi colabora con los sistemas públicos en estos cuatro países para que, en el ámbito local, los actores en salud trabajen con la población para el diseño y puesta en marcha de acciones promotoras de entornos saludables, como por ejemplo espacios libres de vectores (mosquito), a la par que facilita el trabajo de diagnóstico y la vigilancia epidemiológica con equipos multidisciplinares que realizan acciones fuera de las estructuras de salud para el control de riesgos de las familias y las comunidades. En estos cuatro países ya hay presencia de la pandemia, con los primeros movimientos de las autoridades sanitarias. Cabe destacar que el impacto más negativo de esta pandemia recaería en las mujeres y los recién nacidos que pudieran verse afectados, al nacer, por una microcefalia congénita de efectos adversos. Una vez más las personas más vulnerables pueden ser las más afectadas por este problema de salud pública, máxime en países con unos derechos sexuales y reproductivos limitados, tanto por el acceso a recursos como por leyes restrictivas. En conclusión esta nueva emergencia de salud pública de importancia internacional, como lo fue la del ébola, dejan en evidencia la falta de una estrategia mundial de salud global basada en el refuerzo de los sistemas públicos basadas en más y mejor Atención Primaria en Salud, la cual debería permitir a los sistemas sanitarios locales hacer frente a todos los problemas de salud de su población, con un enfoque sistémico, integral e integrador. No nos conformemos con "matar mosquitos a cañonazos", impulsemos una estrategia eficaz para que la salud sea un derecho al alcance de todas las personas. Más información aquí Ignacio Sánchez Monroy. Responsable de Salud de Medicus Mundi Navarra-Aragón-Madrid Teléfono: 617061583/ Correo: nacho.sanchez@medicusmundi.es